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viernes, 2 de julio de 2010

Día 22: Cuartos de Final

Brasil 1 – 2 Holanda

Uno de los partidos más prometedores desde el comienzo de la copa del mundo. Dos potencias del futbol mundial se encontraban para luchar mano a mano por un lugar en las semifinales. Brasil llegaba al choque como favorito, pero no por demasiado. Holanda venia de vencer a Eslovaquia en octavos y los brasileros venían de vencer a Chile por 3-0, con momentos de muy buen juego. Desde el comienzo del encuentro, Brasil se mostró con bastante más concentración que su rival. Los sudamericanos se paraban bien dentro de la cancha y lateralizaba sus ataques. Robinho hacía daño con sus amagues y Kaká merodeaba el área con intenciones de sacudir en cualquier momento. La realidad es que Brasil era superior y estaba más cerca que su rival de abrir el marcador. No tardaría demasiado, y luego de un par de posibilidades claras, llegaría el gol brasilero. A los 10 minutos del primer tiempo, una habilitación al hueco que dejaban los centrales holandeses encontraba la diagonal de Robinho que remataba sin frenar la pelota y dejaba sin posibilidades al arquero holandés. Brasil plasmaba en el marcador rápidamente una ventaja que merecía. Luego del gol, Brasil no sería menos que al comienzo. Un minuto después Kuyt pudo marcar para los europeos, pero Julio Cesar se quedaba con la igualdad. Holanda intentaba atacar por medio de Robben, pero Brasil estaba mucho más cerca del segundo que Holanda del empate. El partido se iba volviendo áspero y entre ambos equipos se pegaban una y otra vez. El árbitro no castigaba con tarjetas y el partido se le comenzaba a ir de las manos. Del lado de Brasil, el juego se volvía por momentos perfecto. Entre Kaká, Luis Fabiano y Robinho, estaban haciendo desastres en el mediocampo y la defensa holandesa. Ya no sabían cómo marcarlos y entre ellos se tocaban la pelota como si jugaran en el patio de su casa. En el minuto 31, Brasil tendría una clarísima. Robinho hacia desastres por la banda derecha, tocaba para Luis Fabiano que le dejaba la pelota a Kaká, quien levantó la cabeza, miró el ángulo y hacia allí se dirigía la pelota, pero con mano cruzada y volando espectacularmente, el arquero le descolgó la pelota con mano cruzada. Gran atajada y Holanda se seguía salvando. Brasil pudo ampliar el marcador con más llegadas de Luis Fabiano, Dani Alves, Juan, Maicon. Brasil llegaba con todos y por todos lados, jugaba mucho mejor que su rival, pero el primer tiempo se iría con ventaja brasilera por 1-0. De todas maneras, con tanta ventaja futbolística, todo parecía indicar que Brasil sería el primer semifinalista de la copa del mundo. Pero lo increíble comenzaba a gestarse en la segunda mitad. Brasil había contado con incontables situaciones de gol en el primer tiempo y no había logrado capitalizarlas. Quiérase o no, errar tanto pesa y mucho sobre las espaldas de un equipo que, a los 8 minutos del complemento recibía un terrible baldazo de agua fría. Robben pasaba a Sneijder por la banda derecha, y el numero 10 de la selección holandesa metía un centro cruzado que no parecía llevar demasiado peligro, pero entre Julio Cesar y Felipe Melo se molestaron ante la salida del arquero y la pelota seguía su recorrido para alcanzar el empate que, increíblemente, cambiaria muchísimo más que el resultado parcial en el transcurso del partido. Para el conjunto brasilero, un empate luego de tantas oportunidades desperdiciadas, fue absoluta e increíblemente demoledor para ellos. El planteo táctico desapareció en su totalidad. El equipo brasilero comenzó a moverse dentro de la cancha como un equipo en caos táctico y atacaba con empuje y desesperación, sin el juego categórico que tanta ventaja le había dado en la primera mitad. Holanda luego del gol trato de esconderle un poco la pelota a Brasil para jugar con su desesperación e intentaba aprovechar los agujeros que comenzaban a nacer en la defensa brasilera. Si el empate destrozó al equipo brasilero, no se imaginan lo que fue para ellos el segundo gol holandés, cuando en el minuto 68, un córner desde la derecha era peinado por Kuyt para que Sneijder cabeceara nuevamente ante la mirada de los centrales brasileros para poner en ventaja a Holanda que se encontraba con una situación de superioridad inesperada incluso para ellos mismos. Es que luego del segundo gol, Brasil pasó a ser directamente un mamarracho dentro de la cancha. Faltaba una voz de orden, una predisposición al autocontrol de sus líneas y una tranquilidad que sus referentes fueron incapaces de transmitir. Brasil atacaba con defensores, mediocampistas, delanteros, incluso el arquero jugaba más fuera del área que debajo de los tres palos. Holanda aprovechaba la situación y se acomodaba con muchísima tranquilidad en el campo de juego y no hacía más que ver como Brasil se ahogaba en su propia desesperación. En el minuto 73, Felipe Melo terminaba de completar su nefasta obra, pisando a Robben cuando estaba en el piso y yéndose justamente expulsado por el árbitro. Brasil jugaba mal y jugaba con 10. Lo que quedaba del partido fueron minutos que realmente vale la pena mirar. Brasil atacaba como si fuera un equipo de segunda división y Holanda llegaba con una facilidad increíble. Incontables fueron las oportunidades que tuvo Holanda para liquidar el partido, con ocasiones que incluyeron hasta 3 jugadores solos frente al arquero. Holanda no liquidaba el partido, pero Brasil era una mosca intentado devorar un oso dormido. Holanda tocaba la pelota y decidía cuando atacaba y cuando tocaba la pelota. Controló el partido y se hizo dueño de la situación. Así fue que la victoria de Holanda se completaba con el pitido final del árbitro y Brasil quedaba humillantemente eliminado del mundial. Pudo liquidar el partido y no pudo hacerlo. El Brasil del primer tiempo fue una contracara demasiado marcada al que jugó el segundo tiempo. Se desconcentró con demasiada facilidad y exhibió un juego molesto, fastidioso y por momentos demasiado violento para lo que nos tiene acostumbrados. Un equipo de su categoría no puede desconcentrarse como lo hizo Brasil, no lo entiendo y me sorprendió muchísimo que eso sucediera. La selección holandesa por mi parte antes del mundial no creía que pudiera superar un partido ante un equipo como Brasil, pero con la regularidad que ha demostrado y con el dominio que ofrece Robben para conectar y potenciar la capacidad de sus delanteros, entonces podemos decir que es merecido y entendible, pero para nada esperable. Holanda ahora enfrentará a la selección de Uruguay por un lugar en la final, llegando al encuentro del día martes como amplio favorito. Brasil por su parte, deberá pagar su mediocridad e ingenuidad del segundo tiempo con la eliminación de la copa del mundo. Desde 1990 que no sucedía cuando Argentina festejó y eliminó a Brasil. Hoy Argentina también festejó, y Brasil vuelve a casa.
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Uruguay (4)1 – 1(2) Ghana

En los papeles, ambos equipos prometían ofrecer un partido peleado, duro y muy disputado en la mitad de la cancha. Nos ofrecieron eso y mucho más. Uruguay y Ghana disputaron el día de hoy uno de las definiciones más apasionantes de la copa del mundo. En los primeros compases del encuentro, ambos equipos se mostraban expectantes y muy respetuosos de su rival. Con los nervios esperables de dos equipos que verían como un logro sobresaliente alcanzar semifinales, el partido se volvía por momentos un tanto tedioso. El juego era muy desprolijo y ninguno de los dos equipos lograba obtener un digno control de la pelota. Uruguay se entendía mejor que el equipo africano en la nebulosa que era el partido y por lo tanto contaba de las llegadas más peligrosas, por medio de Suarez y Cavani y con la verticalidad a la que nos tiene acostumbrados Forlán. Sin embargo los ataques uruguayos atacaban con confusión y sin demasiada claridad a la hora de ejecutar un discreto desarrollo de los ataques. Ante la poca claridad uruguaya, Ghana comenzaba a encontrarse dentro del campo de juego, y las llegadas también empezaban a decantar de su lado. Animándose por las bandas y buscando explotar la velocidad y habilidad de sus jugadores, Ghana comenzaba a hacerse dueño del partido en la segunda parte del primer tiempo. Ghana atacaba cada vez con más insistencia y para colmo de males, Lugano se lesionaba y la defensa uruguaya comenzaba a mostrar alguna flaqueza. Así fue que en tiempo de descuento, Sulley Muntari tomaba la pelota a 40 metros del arco y ante la pasividad de la defensa uruguaya que lo dejó controlar la pelota con tranquilidad, Muntari remataba de zurda y ante la pantalla de Gyan, la pelota ingresaba en el arco de Muslera y ponía en ventaja a la selección de Ghana al mismo tiempo que finalizaba la primera mitad. Al comienzo de la segunda mitad, Uruguay seguía estando un tanto desorientado dentro de la cancha y las cosas no parecían demasiado auspiciosas para los sudamericanos. Sin embargo en el minuto 10, aparecería en incansable Diego Forlán, quien con un terrible derechazo clavaba la pelota en el ángulo y le daba el empate a una selección uruguaya que necesitaba de esa inyección de adrenalina desesperadamente. Después del gol, el partido se volvió muchísimo más emocionante que en la primera mitad. Uruguay adelantó a Forlán y empezó a jugar muchísimo más ofensivo, lo que dejaba espacios para la contra de Ghana. El partido seguía siendo desprolijo, pero ambos equipos se atacaban mutuamente y el resultado parecía más abierto que nunca. Ambos llegaban con peligro, pero les faltaba la claridad en los últimos instantes para capitalizar sus llegadas. No lograrían sacarse ventaja en lo que quedaría de la segunda mitad por lo que el partido iría al alargue. Dos tiempos de 15 minutos cada uno estaban por delante y ambos equipos parecían estar demasiado cansados para la contienda. El partido seguía siendo bueno, pero el cansancio era evidente y el partido se volvía demasiado desprolijo. Ninguno lograba tener control de la pelota y se atacaban mutuamente más por inercia que por capacidad física. El ida y vuelta de todas maneras estaba presente y la adrenalina que había en el aire era tan palpable que hasta se podía oler el nerviosismo. En la última jugada del partido, comenzaría a gestarse el milagro uruguayo. Ghana estaba cerca del gol y los uruguayos salvaban una y otra vez en la línea, hasta que un cabezazo era rechazado desde la línea por Suarez, pero rechazaba con ambas manos. Penal para Ghana en la última jugada del partido y expulsión para Luis Suarez, que dejaba el campo de juego desconsolado y entre lagrimas, sintiéndose responsable de la inminente eliminación de su selección. Asamoah Gyan era el responsable de ejecutar el penal. La situación era clara. No había tiempo para mas, si convertía Gyan, Ghana estaba en semifinales, si erraba, el partido iba a penales. Pero ni hasta el más optimista de los uruguayos podía pensar que Gyan iba a estrellar su penal en el travesaño y el árbitro iba a finalizar el partido, sino pregúntenle a Suarez, quien entre lagrimas, festejó el error del ghanés como si su equipo hubiera convertido el gol de la victoria, y tanto como eso valía el penal errado por Gyan. El partido iba a penales y Uruguay seguía con vida. En la secuencia de penales Forlán comenzaba pateando y convertía. Con gran personalidad, Gyan iba por la revancha y clavaba la pelota en el ángulo para el 1-1 parcial. Victorino para Uruguay clavaba el 2-1. No lograban sacarse ventajas y Stephen Appiah empataba, 2-2. Andrés Scotti convertía el 3-2 para Uruguay y le tiraba toda la presión a Ghana. John Mensah patearía el tercer penal de Ghana y casi sin tomar carrera, entregaba un débil remate a Muslera que no debía exigirse demasiado. La victoria uruguaya podía olerse, pero ellos no saben ganar sin sufrir, y Maxi Pereira tiraba su penal a las nubes. Todo seguía 3-2 y Dominic Adiyiah tenía la chance de empatar. Pero Muslera se volvía gigante en la noche de Johannesburgo y tapaba el penal, lo que dejaba el pase a semis en los pies del veterano Sebastián Abreu. Abreu suele picar la pelota en los penales, pero fui testigo del ruego de los fanáticos uruguayos para que Abreu no la picara. Hasta Forlán confeso que esperaba que Abreu no la picara. Pero no por nada le dicen el loco y con una personalidad y unos “huevos” tan grandes como el estadio, Abreu se paró frente al arquero y, ¿qué hizo? Abreu picó la pelota al medio del arco y para delirio de los uruguayos convertía su penal y enviaba a Uruguay a una semifinal 40 años después de su última participación en esa instancia. Con sufrimiento extremo, como solo ellos saben ganar. Milagrosamente y con la suerte que estuvo de su lado, y la categoría y la valentía de sus jugadores para saber aprovechar la segunda oportunidad que el partido les dio. Uruguay pasó y enfrentará a Holanda en un durísimo choque de semifinales, donde deberá batallar no solo contra poderío físico, sino contra uno de los seleccionados que tácticamente mejor juegan en este torneo. Ghana queda eliminado del torneo con actuaciones sobresalientes y dignas de un equipo africano que supo representar con valentía las aspiraciones de todo un continente. Solo la suerte de los penales decidió que Ghana no siga en el mundial, y debemos agradecer la voluntad de jugar al futbol que nos han dejado en este mundial.

1 comentario:

  1. tan intensa como el partido! que cronica!!!
    muy buena! Pilae

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